Wednesday, July 18, 2007

Comercio justo y la vaca de la camiseta


Hay en Bilbao una tienda de comercio justo por la que suelo pasar todos los días.
La semana pasada me detuve a observar una camiseta bastante llamativa.
En ella se ve una vaca con piercings que dice: "I love subsidios".

Alguna vez he pensado en eso de "comercio justo".
Me explicaron que con comercio justo se refieren a comercio sin intermediarios.
Lo cual, en sí mismo, no sólo no es justo, sino que es contraproducente.
Pero eso es otro tema.

Vayamos por partes.
Comercio justo es la relación que se da entre personas que intercambian libremente títulos de propiedad.
Si A ofrece a B un bien y a B le interesa ese bien, B puede ofrecer a A algo a cambio.
Si a ambos les interesa, tanto A como B habrán salido ganando.
No se me ocurre qué mejor definición de comercio justo puede darse que la del mero libre comercio.

Pero nos encontramos de nuevo con la camiseta de la vaca.
Puede darse esta otra situación.
A produce un determinado bien, por ejemplo cereales.
Pero por las razones que sean, considera que no obtiene beneficios suficientes como para mantener su producción.
Esto es tanto como decir que A ofrece su producto a un determinado precio, pero resulta que B, C, D, y E prefieren no comprarlo o comprárselo a Z.

Si nos moviéramos en el ámbito del comercio justo, A tendría varias posibilidades, en las que no entraremos.
Pero también puede darse el caso de que un "justiciero" opine que B, C, D y E no están considerando la situación de A, y decida robar parte de los ingresos de estos egoístas para entregárselos a A.
Con esos ingresos, a A sí le resulta beneficioso seguir produciendo el bien que B, C, D y E habían rechazado.
Además, si A reduce su precio por debajo de Z, este último, que satisfacía mejor los deseos de B, C, D y E se retirará del mercado porque el justiciero ha decidido que era A quien merecía seguir en el negocio.

Este tipo de comercio es ilegítimo, puesto que alguien ha usado la violencia contra un grupo determinado de individuos.

Y, en cambio, es lo que se defiende en una tienda de Bilbao que aboga por el "comercio justo".
Eso, y la desaparición de los intermediarios.



Sunday, July 15, 2007

Más de un año, ya...


... y no han sido pocas las cosas que han pasado.

Pero no voy a hablar de ello ahora.
"Un año después", como dice el logo de los cómics DC que se están publicando estos días en España. Y no sabremos qué ha pasado durante ese año.

Después de lidiar durante unos minutos con Blogger para "reclamar" mi cuenta -suena bien, casi épico, pero no deja de ser un frustrante signo de torpeza- por fin vuelvo a tomar contacto con esta antigualla.

Poco antes, con las persianas bajadas para evitar el calor, y la luz de mi flexo encendida, es decir, derrochando energía , hojeaba las primeras páginas de la "Historia del Futuro", de Heinlein.
Había estado haciendo lo mismo, el día anterior, con la Ética de la Libertad de Rothbard, adquirida hace poco en una librería de Bilbao -bajo pedido y corriendo con los gastos de envío, claro.
Pero hoy me apetecía ficción. Con una considerable carga de filosofía política, claro, pero ficción al fin y al cabo.

Lamentablemente, no pude pasar de la semblanza que del autor hacía una señora que ahora no recuerdo.
La traducción era mala, muy mala.

Así que me acordé de que aún no había leído El Manantial, y me fui derecho al cuarto de los libros.

Una vez reiniciado el ritual bibliófilo, supe que no era el momento.
Hace años, cuando leí La Rebelión de Atlas, quedé conmocionado.
Pasé bastantes semanas recordando al demasiado perfecto John Galt, al gran Hank Rearden, a la pesadita Dagny Taggart, al pobre Eddie Willers y sobre todo a Francisco D'anconia y a Ragnar Danneskjold, los dos mejores personajes de la novela.

Pero hoy no me apetecía reencontrarme con el tono solemne y pedagógico de Ayn Rand.
Lo que realmente quería era releer Puerta al Verano o La Luna es una Cruel Amante.
Y como hay mucho que leer y poco tiempo para hacerlo, decidí posponer la relectura, desoyendo el consejo de Borges, y tomé el primer volumen de la Historia del Futuro, que al fin y al cabo, también es Heinlein.

Y volvemos a lo que decía antes.
En cuanto acabe de escribir esto, consultaré en Amazon cuánto costaría adquirir la obra de Robert A. Heinlein en su idioma original.
Y pensaré, mientras tanto, que debería encontrar un trabajo allí, al otro lado del Atlántico, tal vez con escala en Irlanda, o Escocia, o Inglaterra.

Bueno, pues eso es todo por ahora.
Volvemos a las andadas.
El mismo blog, y algunos cambios.


Monday, June 12, 2006

El Mal sólo necesita triunfar una vez

Hojeaba ayer unas páginas de Lobezno, un cómic editado por Panini en España.
Leer cómics de superhéroes es una de esas aficiones juveniles que no he dejado atrás.
Y no soy de los que tratan de explicar esta afición aludiendo a segundas o incluso terceras lecturas que nos abren un universo metalingüístico inicialmente oculto.
No, simplemente me gustan los comics de superhéroes en los que el Bien lucha contra el Mal y siempre gana.

Hojeaba unas páginas de Lobezno, decía, y me acordé de cierto discurso al que se suma la mayor parte de la izquierda y un sector cada vez más considerable de la derecha .

En el cómic se llegaba al final de una trama que había durado seis números (doce en la edición americana).
Un tipo llamado Gorgon se convierte en el líder de La Mano e Hydra, dos organizaciones que seguro les sonarán a quienes alguna vez hayan sido aficionados a los tebeos de Marvel.
La Mano es una secta oriental formada por ninjas muertos y posteriormente resucitados.
Hydra tiene un lema, que es: "Corta una cabeza y crecerán dos nuevas".

Gorgon tiene un objetivo. Aniquilar a todo ser vivo, como acto de pureza dirigido a Dios.
Todos los anhelos de los grandes villanos de los comics pueden resumirse en dos variables: o bien quieren dominar el mundo, o bien destruirlo.
Sólo difieren en el método empleado para conseguirlo.
Afortunadamente, siempre hay un grupo de héroes que le hacen frente. Y siempre ganan.


Volvamos a la historia con la que comencé.
El tal Gorgon consigue unos archivos en los que Reed Richards, el líder de Los Cuatro fantásticos y uno de los tres mejores cerebros del universo Marvel, había volcado los diseños de varias armas con las que hacer frente a amenazas intergalácticas de gran magnitud.
Una de ellas, por sí sola, es capaz de destruir cualquier atisbo de vida en la Tierra.
Las cosas pintan muy mal, pero siempre hay una solución.

SHIELD, una organización dedicada a prevenir ataques a gran escala, se alía a Lobezno y a Elektra para acabar con la amenaza de Gorgon.
Consiguen los planos de todas las bases terroristas. Forman un grupo de asalto masivo. Y comienza la carnicería. Finalmente, Lobezno mata a Gorgon y así acaba la historia.
Simple y eficazmente, y con muchos muertos -amigos y enemigos- en el camino.

Bien, no soy muy amigo de las analogías, pero la verdad es que no pude evitar pensar en cierto discurso dominante de estos tiempos que nos ha tocado vivir.
El de exigirle a "las fuerzas del Bien", es decir, los países pertenecientes a lo que conocemos como Occidente, la excelencia en el trato a quienes le han declarado la guerra. Se les exige que trate a sus enemigos como si fueran ciudadanos occidentales.
Por ejemplo, cuando eliminaron a Al-Zarqawi, oí varias veces que lo que tenían que haber hecho era atraparle y concederle un juicio justo.
Otro tanto ocurre cuando Israel elimina a terroristas palestinos.
Incluso un director de cine como Spielberg se permitió decir en varias entrevistas que las acciones llevadas a cabo por el Mossad después de la masacre de Munich no sirvieron más que para acrecentar la famosa "espiral del odio".
Desafortunadamente, ellos no lo ponen fácil.
No es tan sencillo como llamar a la puerta de un líder terrorista y preguntar:

- ¿Es ahí donde vive el señor ese que pone bombas?
- En efecto, ¿en qué puedo ayudarle?
- Nada, que venía a pedirle amablemente que me acompañase a mi país para poder juzgarle por crímenes contra la humanidad, si le parece bien.

Así que hay que elegir entre asesinar a sangre fría a un terrorista capaz de causar la muerte de decenas de personas, o dejarle libre y esperar que no cometa los crímenes para los que ha sido entrenado.

¿Alguien se imagina a Lobezno tratando a los asesinos de La Mano con la pulcritud que exige el "canon bienpensante"?
¿O a Batman pidiéndoles educadamente a los matones que revelen el lugar donde se va a llevar a cabo un crimen?
No, y si el Mal es vencido es gracias a que los héroes se saltan en mayor o menor grado el "código de buena conducta".

Pero, en fin, qué tontería.
Estamos hablando de un cómic, donde todo es ficción.
No es comparable a la realidad. Menuda estupidez que acabo de escribir.

No, ciertamente, no tiene nada que ver.
Si un día los superhéroes no fueran capaces de vencer a Kang o a Galactus, llegaría un momento en que el plan del malo de turno fallase por algún detalle imprevisto. Y allí estaría Reed Richards, o el Capitán América, para devolver las cosas a su estado normal.

Pero en nuestro mundo, las cosas son mucho más fáciles.
Basta que algún pirado con poder nuclear decida limpiar una parte de Occidente para que se desate la tragedia.
Bin Laden ya demostró lo que alguien con un objetivo claro puede llevar a cabo con tan sólo un puñado de aviones.
Kim Jong Il posee el poder nuclear. Ahmadineyad, quien ha repetido en varias ocasiones que expulsará a los judíos al mar, va camino de conseguirlo.
Y quién sabe cuántos líderes totalitarios poseen ya o están a punto de conseguir armamento nuclear.

El Mal sólo necesita triunfar una vez, y entonces no habrá posibilidad de lamentarse.
Pero parece que una buena parte de Occidente no quiere darse cuenta.

Friday, June 09, 2006

Joder, Tony, ¿te has vuelto loco?

"THE SOPRANOS"

Season 7 - Episode 1

"Gang war... in Irak".


Vamos, que James Gandolfini, actor que encarna al genial Tony Soprano en la no menos genial serie, acaba de armarla con unas declaraciones curiosas.
Dice que los americanos ya no se sacrifican por nada, y que él mismo está dispuesto a ir a Irak a machacar terroristas.

Se le puede replicar que los americanos que no quieren dar su vida por los irakíes tienen bastante sentido común.
Incluso se puede poner en duda la seriedad de su ofrecimiento.

Pero, qué demonios.
Con tantos actores y directores de Hollywood ensalzando a Castro -Stone, Coppola-, solidarizándose con los terroristas -ellos los llaman "la Resistencia"-, y sobre todo con las imágenes de Sean Penn y su cámara en su barcaza desfondada "ayudando" a los afectados por el Katrina... Gandolfini, you're the fucking boss!

Thursday, June 08, 2006

Jueces pintorescos

Ha dicho FJL, en La Mañana de hoy, que el CGPJ ha decidido dar por cerrado el expediente que abrieron al Juez Fanlo, por aquella nadería de escribir, en un artículo publicado en el prestigioso diario 20 Minutos, que Terra Lliure debería haber apuntado al corazón cuando le descerrajó un tiro en la pierna al citado FJL.

Dice el CGPJ que no, que el señor Fanlo no hablaba como juez cuando llamaba mentiroso abyecto al firmante del Manifiesto de los 2.300.
Vamos, que no estaba dictando sentencia, sino tan sólo expresando sus deseos como ciudadano.
Y que, como ciudadano, desdoblado misteriosamente de su condición de juez, tiene derecho a soltar burradas como las que perpetró en 20 Minutos.

Bueno, pues nada, que siga todo así.
Si un juez puede desear que un grupo terrorista pegue un tiro al corazón a un periodista, y un diputado puede explicar en su blog que la foto del Secretario General le produce repugnancia, qué no podrá escribir un columnista.

Ejército de mezquinos.

«Su cara no me sugiere nada»

Decía, un tal Madina.

Víctima de ETA.

También, desgraciadamente, poseedor de una estupidez supina.

Se puede ser, al mismo tiempo, víctima de ETA e imbécil sin remedio.

«Su cara no me sugiere nada», afirmó Madina cuando vio la cara de la terrorista que trató de asesinarle.

Nada, salvo una reflexión memorable. Le parecía, dijo, una «joven manipulada por otros para convertirse en asesina».

No una asesina. No una terrorista. Simplemente, una muchacha descarriada que, a causa de las malas compañías, acabó poniendo una bomba en su coche con la clara intención de matarle. Sin acritud.

Pero Madina no quiere venganza, ni espera justicia. Prefiere hablar de "Paz".

No hay lugar para el odio, en el corazón del ejemplar Madina.


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«El Señor en cuestión es éste de la fotografía ¿Qué me dicen de él? Fijense en esa postura de cura franquista cargado de odio y rencor, esa predisposición al permanente vómito tan característica de los demócratas de centro reformista. ¿No les molesta la foto? A mí sí. Si me acerco a la imagen me pongo nervioso. Es como si de esa boca saliera un insoportable aliento sobrecargado, un penetrante olor a vinagre caducado que me revuelve en mi silla»

Esta cara, en cambio, sí le sugiere algo a Madina, el-hombre-que-aprendió-a-no-odiar.

Este Madina, tan comprensivo con la “joven manipulada” que trató de asesinarle, dice que huele a vinagre caducado cuando contempla una fotografía de Ángel Acebes.

Llega incluso a molestarle, a causarle repugnancia física.

Trae a la memoria discursos de otra época, el blog del tal Madina.

Discursos sobre la repugnancia que producían determinados individuos, sobre lo cerca que estaban los "impuros" de las alimañas, y no por lo que hacían o decían, sino por lo que eran. Su mera imagen, su sola presencia, bastaba para provocar vómitos, decían.

Son sólo evocaciones, claro. Malas pasadas que nos juega la memoria, a causa de estos tiempos tan revueltos.


Parece que Madina sí conoce el Odio.

No hacia los terroristas, jóvenes confundidos, sino hacia un tipo cuyo principal crimen consiste en denunciar la rendición de los cobardes compañeros de Madina ante el terror.


Patxi López, Bárbara Durkhop, Gema Zabaleta, Jesús Eguiguren. También Madina.

Y, junto a ellos, la cabeza de la serpiente. En la misma mesa. Pronto.

Ejército de mezquinos.

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(...evocaciones, sólo... y un tal Maqueda, nacionalista vasco nacido en Soria, predicando a los compañeros de Madina lo que todos sabemos... que aquellos que no son de los nuestros no merecen vivir... el público aplaude)

Tuesday, June 06, 2006

Agresión a Arcadi Espada

¿Qué significa, al fin, el constante recurso a los "derechos colectivos?
¿Qué se halla implícito en el discurso nacionalista cuando equiparan los derechos individuales a los derechos históricos de una comunidad?

He aquí un ejemplo mucho más descriptivo que cualquier explicación teórica.

Es el derecho de una ciudad, de un pueblo, a expulsar de la vida pública a quienes discrepan.
El derecho al honor de ese ente sobrenatural llamado Catalunya está por encima del derecho individual a defender ideas y principios.
Y es ese ente sobrenatural, a través sus fieles, el que golpea a Arcadi.


Recoge Criterio un comunicado de Unitat Nacional Catalana.
Exposición sincera de su ideario. Nacionalsocialista, claro.

"A Ciudadanos de Cataluña les aconsejamos, ante la muestra de menosprecio de la sociedad gerundense, que no realicen más actos en nuestra ciudad, ya que sólo sacarán un rechazo frontal."

La Ciudad, el Pueblo, la Nación, el Estado.
Y enfrente, como siempre habrá de ser, el hombre solo, presentando batalla al Monstruo.
La épica del S. XX continúa en el XXI



Friday, March 24, 2006

Reíd, reíd, malditos

Tenemos motivos para la alegría, dicen.
Veamos.

ETA lleva pidiendo lo mismo desde hace 30 años. Nunca ha variado un ápice su discurso. Se resume en la "desespañolización" de la Comunidad Autónoma Vasca. Integral, absoluta.
Es decir, incluyendo a cualquier agente extraño. Euskal Herria, tierra de los vascos.

Para conseguirlo ha puesto encima de la mesa mil muertos. Ellos ya han perdido. Y sus familiares. El significado de la palabra "permanente" es real, en estos casos.

Para financiar su siniestra actividad ha destrozado a miles de familias mediante el miedo perpetuo.
La sensación que debe de causar la primera carta ha de ser horrible.
Las posteriores, las que aluden a los hijos, las que explicitan que pueden acabar con sus vidas cuando quieran, que conocen sus costumbres, sus colegios, sus amigos, están por encima de la comprensión de quien no lo haya vivido.
Y finalmente, cuando se accede a pagar, cuando por fin parece que todo acaba, llega la náusea. La sensación de culpa por ser tan "cobarde", por entrar en su juego, por no actuar como los personajes de las novelas.
Ellos también han perdido. Y también es real, en su caso, el significado de "permanente". Secuelas incurables por culpa de años de macabro chantaje.
Pero, a diferencia de los que ya no están, pueden volver a perder.

Ahora los asesinos nos conceden, por enésima vez, un alto el fuego. Lo que en la jerga militar significa, en rigor, cese temporal de las hostilidades. Menos que una tregua.

Si el Gobierno se pliega a sus exigencias, que incluyen la liberación de los etarras encarcelados, la anexión de Navarra y la destrucción de la soberanía nacional, ETA se disolverá como organización armada, para buscar su sitio en el nuevo orden creado.
30 años y mil muertos estarían dándoles la razón. Habrá valido la pena.
La lección quedaría bien clara a ojos de quien quisiera verla.

Este es el futuro esperanzador que nos aguarda.
La definitiva rendición a las exigencias de los terroristas.
La aceptación de la lista que llevan agitando desde hace treinta años.
Sólo así será posible esa paz envenenada que nos ofrecen.
Y ante esto debemos poner buena cara.

Riamos, pues, con fuerza y sin preocupaciones. A carcajadas.
Como los locos.